Una parte de nuestro cuerpo que muchos suelen pasar por alto es el intestino. ¿Sabías que entre el 70 % y el 80 % de nuestro sistema inmune está ahí? ¡Oh sí! Lo que significa que un intestino no saludable tiene consecuencias para la salud mucho más allá del sistema digestivo.
Lo más interesante de todo, es que la salud intestinal empieza a moldearse desde la infancia. Factores como la lactancia materna y los partos naturales o por cesárea pueden afectar la microbiota. Y si para cuando eres adulta ya pasaste por antibióticos algunas veces en tu vida, has consumido alimentos irritantes y has estado expuesta a una gran variedad de toxinas ambientales, tu intestino puede estar algo dañado y muy probablemente tengas algo que se conoce como “disbiosis” (que es cuando las bacterias malas son más que las buenas).
¿Cómo sabes si es hora de darle a tu instinto un poco más de amor? Te dejo algunas pistas que debes tomar en cuenta porque de verdad que los síntomas andan por todos lados y puede que ni te imagines que están relacionados con el intestino:
- Problemas digestivos, como inflamación, gases, estreñimiento o diarrea.
- Fatiga y dificultad para dormir.
- Alergias o sensibilidades alimentarias.
- Mal humor, ansiedad y depresión.
- Problemas de la piel, como psoriasis y acné.
Probablemente hayas tenido uno o más de estos síntomas y tal vez hasta los hayas ignorado, pero quiero que sepas que hay mucho que puedes hacer para apoyar tu intestino.
Y he aquí los propósitos de este artículo. Te comparto 5 (de mis muchos) TIPS para mejorar tu salud intestinal:
- Reduce los alimentos procesados
Los alimentos procesados, que la mayoría de las veces contienen aditivos, trigo, lácteos, soya, maíz, aceites vegetales y azúcar refinada, causan inflamación. Cuando la salud intestinal ya está comprometida, puedes ser más sensible a ciertos alimentos o ingredientes que tal vez en otras circunstancias no serías. Pero si estás leyendo este artículo es porque sientes que hay algo mal, así que eliminar estos elementos tan inflamatorios puede darle tiempo a tu intestino para sanar y reducir la inflamación.
- Come alimentos reales
Los alimentos reales como frutas, verduras, granos integrales, grasas saludables y proteínas, pueden ayudar a alimentar las bacterias buenas del intestino. Al incluir una variedad de alimentos reales en tu dieta todos los días, te vas a sentir satisfecha por más tiempo, vas a tener menos antojos y mejorará tu digestión.
*Como bonus, puedes incluir alimentos fermentados (kimchi, miso, tempeh y kéfir) ya que ayudan a aumentar la cantidad de bacterias buenas en el intestino. Solo recuerda que el caso de cada persona es diferente, por lo general los fermentados le caen bien a cualquiera, pero si tienes alguna condición especial (por ejemplo SIBO), lo mejor será evitarlos.
- Alimentación que no es comida
Aunque no lo creas, no solo nos nutrimos de los alimentos que comemos, sino también de nuestras relaciones personales, nuestra carrera, actividad física y espiritualidad. Así que es importante también evaluar tu posición en estas áreas, es posible que veas algunos desequilibrios que están causando más estrés, ansiedad y presión en tu vida. Todo esto puede afectar directamente tu salud intestinal. Así que hazte preguntas como: ¿Eres infeliz en el trabajo? ¿Estás en una relación poco saludable? ¿No haces ejercicio con la frecuencia que te gustaría? Al mejorar este tipo de “alimento”, gradualmente vas a ir viendo muchos cambios positivos en tu vida y en tu cuerpo (incluyendo el intestino).
- Mejora tu respuesta ante el estrés
Probablemente lo hayas escuchado antes: demasiado estrés tiene un impacto negativo en todo tu cuerpo, desde la punta de la cabeza hasta los dedos de los pies. Nuestro sistema inmunológico responde al estrés, y cuanta más energía negativa tengas, más probable es que tu intestino no funcione correctamente. Hay muchas maneras de reducir tus niveles de estrés, pero encontrar lo que funciona para ti es lo más importante. Sal a caminar después del trabajo, haz algo de yoga, vete a un café con una amiga, haz ejercicios de respiración consciente, o simplemente desactiva las notificaciones de tu celular después de cenar.
- Duerme lo suficiente
¡Dormir bien (y constantemente) es muy importante! Cuando estás cansada, es más probable que te dejes llevar por los antojos y comas alimentos que no te nutrirán ni te llenarán. El sueño también es el único momento en que tu cuerpo y tu cerebro se apagan. Para relajarte, reducir el estrés, aumentar la energía y mantener fuerte tu sistema inmune trata de dormir de 7 a 8 horas cada noche.
¡Y listo! Estos son ¡5 TIPS concisos y efectivos que la verdad es que puedes empezar a implementar HOY. No olvides seguirme en @marce.wellness para más consejos como estos!