Acerca de mi

¡Hola! Soy Marce Córdoba, una niña súper valiente y resiliente. Y esta es mi historia. 

Pero antes de empezar te quiero avisar que mi historia es muy larga. En serio. Es MUY larga. Nivel: ve yendo a la cocina por un vaso (o litro) de agua con vinagre de sidra de manzana y limón porque #digestión, o si cuando leas esto hace frío prepárate una taza de un rico té de jengibre o bone broth. Sobre aviso no hay engaño.

“Oye Marce y no puedes mantener tu historia simple o darnos un resumen?”

No, no puedo mantener mi historia simple. 

Pero lo que hice fue dividirla por épocas para que puedas leerla por partes o elegir las partes que quieres leer para que sea más fácil.

Y te voy a confesar algo…cada vez que me piden que “comparta mi historia”, como que se me lengua la traba y me hago bolas con los tiempos y acontecimientos porque hay muchas partes que la conforman. Y te juro que me encantaría poder compartir solo “una parte” pero la verdad es que cada cosa lleva a la otra y probablemente pasa lo mismo con tu propia historia. Esa es la belleza de la medicina funcional. Unir todos los puntos hasta encontrar la raíz de nuestros problemas y poder sanar desde ahí.

Pero bueno, ahora sí, vamos a empezar.

No siempre he sido así. En cierto modo la vida me trajo aquí.

Nací en León, al año me fui a Querétaro, a los 10 me fui a Chile, a los 15 regresé a Querétaro, a los 25 me vine a Guadalajara. Tuve una infancia increíble y una familia (mamá, papá y hermano) que no cambiaría por nada del mundo.

Físicamente, no hay nada importante que destaque de mi infancia. Pero sé que mi historia comenzó en ese entonces porque:

  1. Viví de alimentos procesados ​​la mitad de mi vida. Y no. No hay de qué avergonzarse, ni hay que culpar a nadie. Todas, si no es que la gran mayoría de nosotras, crecimos así. Las cosas como son. 
  1. Cada vez que veníamos a México de vacaciones cuando vivíamos en Chile, me intoxicaba con la comida. Llámese tacos, pambazos, barbacoa, lo que sea. Siempre había algo que me caía FATAL. Y recuerdo perfectamente la peor intoxicación de todas que me dio vómito, diarrea y calentura….¡durante todo el vuelo de regreso a Chile! Imaginen esas 8 horas de tortura en un avión, más las horas antes y después en los aeropuertos.
  1. Empecé a tener unos brotes de acné tremendos. Desde chica andaba con cremas y cosas para la cara.
SECUNDARIA Y PREPA

Aproximadamente a los 15 años me di cuenta de que era súper estreñida. Y digo “me di cuenta” porque no sé, alomejor ya era desde antes pero simplemente no le daba importancia. Pero a los 15 años ya se consideraba “un tema” el no poder ir al baño. Mi mamá siempre ha sido muy estreñida también así que se nos hacía normal, y en su intento de ayudarme me empezó a dar remedios medio naturales como ciruela pasa, ciruelax, metamucil, etc. Cosa que no me fue nunca de mucha utilidad, pero me ayudaba a sobrevivir. Iría al baño tal vez unas 3 veces a la semana. 

A la misma edad que empecé con problemas de estreñimiento, empecé a tener brotes de acné muy severos. ¿Será que mis propios desechos que no podían salir en el baño encontraban salida a través de mi piel? 

Mi mamá me llevó a la dermatóloga y como yo ya andaba con mil cremas desde chica, pues entonces recurrió a una “solución” más extrema. El famosísimo Roacután (isotretinoina). Este tipo de antibiótico es súper fuerte. Y la doctora solo me dijo “no te embaraces y no tomes alcohol”. Ok perfecto. Lo tomé por unos 6 u 8 meses aproximadamente, no recuerdo bien. Obviamente mi piel mejoró bastante y yo estaba feliz por eso. Y así sobreviví mi adolescencia. 

 

UNIVERSIDAD

Al terminar prepa, me fui a la playa de viaje de graduación y después me fui a Chile de vacaciones como 1 mes. Y ya sabes, si tú también eres estreñida, cuando viajas empeora todo en un 10000%. Así que prácticamente estuve acumulando basura en mi cuerpo por 1 mes. Sí, estás leyendo bien. Habré ido al baño unas 5 veces en ese tiempo yo creo, y lo más raro de todo es que ni siquiera me veía inflamada. Quién sabe dónde se acumulaba toda mi popó.  Al final del viaje yo ya andaba empezando con un brote espantosísimo de acné. Algo que nunca en la vida me había pasado y que nunca había ni siquiera visto en alguien más.

Regresé al Roacutan de súper emergencia y entré a estudiar al TEC con la autoestima en los suelos porque no quería que nadie me viera la cara. ¡Qué horror empezar así esta nueva etapa de mi vida! Habré tomado el antibiótico por otros 8 meses yo creo. Y mi cara se quedó con muchísimas marquitas que hasta hace poco me incomodaban bastante. Ahora me amo y me acepto con cada una de ellas.

¿Se acuerdan de los remedios que me daba mi mamá en sus intentos para que pudiera yo ir al baño? Claramente ya no me hacían ni cosquillas, así que empezó a darme laxantes. Dulcolax para ser más específicas. Ahora sé que los laxantes no deben tomarse más de cierto tiempo. No la culpo de nada. Ella tampoco lo sabía. Es un ejemplo claro de la falta de información que siempre les digo que nos puede hacer mucho daño.

CROSSFIT

Cuando cumplí 21 años, mi vida cambió completamente porque empecé a hacer CrossFit. Fui pionera de este deporte. Aún no decido si cambió para bien o para mal o ninguna de las dos. Me clavé muchísimo con los entrenamientos y las dietas súper estrictas para mejorar mi rendimiento y sobretodo para estar súper marcada. Todo esto me indujo a un estilo de vida donde yo ya sabía el valor de los alimentos. El azúcar es malo, las verduras son buenas, necesitas proteína para crear músculo, debes tomar muchísima agua, dormir bien, etc. ¿Lo malo? Me clavé tanto en esto que me alejé de muchas amistades, evité muchos planes para no salirme de mi dieta y no perderme mi entrenamiento del día. (¿Y todo para qué? No es como que quería dedicarme a ser crossfitera, pero siempre he sido tan disciplinada que a veces me sale el tiro por la culata).

Ustedes pensarán que una vez haciendo ejercicio, tomando agua y comiendo muchísimas verduras yo ya iba a poder ir al baño. Pues no. Fuera de eso yo seguía estreñida y peor aún, empecé a tener inflamación. Pero me inflamaba cuando comía “cosas fuera de mi dieta”. Entonces este era mi pensamiento: “hago una dieta súper limitada y estricta, me siento bien. Como una galleta para disfrutar algo rico y me siento mal”. ¿Qué me decían los doctores? “Come frutas y verduras, toma agua y haz ejercicio”. Ya. Lo. Hago. Todo. “Ah entonces tienes SII no te preocupes es súper normal en las mujeres”. - Ah bueno. Entonces es normal.

Lo raro fue cuando esa inflamación ya no se daba solo por ciertos grupos de alimentos, sino por casi todos. Fuera una calabaza, un pepino o una hamburguesa y un helado. ¿Se imaginan lo frustrante que era para mi? Hacer la dieta perfecta, el ejercicio perfecto y parecer toda una embarazada. Sentía que todo mi esfuerzo no valía para nada. Mi abdomen súper marcado estaba escondido debajo de un globo.

 

Recapitulando…

A estas alturas de mi vida yo ya:

  • Llevaba 2 rondas de Isotretinoina (1 año y medio aprox).
  • Era súper estreñida, a veces los mismos laxantes no me hacían efecto.
  • Me la vivía inflamada.

Y aquí se nos une un nuevo síntoma a la mezcla: empecé a tener unos dolor de espalda horribles por la noche. Siempre culpaba al colchón. Que si muy aguado o muy duro o muy viejo o muy lo que sea. Siempre la culpa era de la cama. Y solo se me quitaba el dolor cuando me paraba en la mañana, por eso no creí que fuera nada grave. Solo el colchón. (Aunque raro que fuera en todos los colchones de todas las camas donde dormía).

¿Qué está mal aquí? Ya tengo varios síntomas que estoy normalizando. Aprendí a vivir con ellos porque como “siempre los he tenido” me imaginaba que era normal en mi. Es por eso que siempre les digo...los síntomas son mensajes del cuerpo. Hay que escucharlos, no hay que ignorarlos porque poco a poco se va formando una bola de nieve que no deja de crecer y crecer. 

GRADUACIÓN

Cuando me gradué del TEC de Monterrey en Comunicación y Medios Digitales, me fui a trabajar a Holanda un par de meses y después viajé por Europa de mochilera. ¡Increíble experiencia! Lo único que me mantenía estresada es que tenía que asegurarme de tomarme mil litros de agua antes de dormir y como 3 pastillas de dulcolax (laxante) porque ya nada me ayudaba a ir al baño. Imaginen que ya llevaba tantos días sin ir al baño que un día en Lisboa de plano compré supositorios ¿y qué creen? Usé 3 de jalón y no me hizo efecto ninguno. 

 

GUADALAJARA

Al regresar de Europa, busqué trabajo en Guadalajara (nada más porque sí, siempre me ha gustado ser independiente y vivir nuevas experiencias).

Aquí conocí a Chino mi esposo, y él me ayudó a disfrutar un poquito más la vida en temas de alimentación. Dejé de ser una traumada por la dieta y empecé a variar un poco más, disfrutar un poco más y no estar cerrada al mismo pollo con verduras de siempre. Total, la inflamación estaba de cajón comiera lo que comiera.

 

Recapitulamos de nuevo…Aquí yo ya:

  • Llevaba 2 rondas de Isotretinoina (1 año y medio aprox).
  • Era súper estreñida, tomaba mil laxantes.
  • Me la vivía inflamada.
  • Tenía dolores de espalda insoportables por la noche.

Y se unen a la fiesta los dolores de cabeza diarios + otro terrible brote de acné. 

- No pasa nada, me tomo 2 aspirinas cada día y con eso se me quita.

- No pasa nada, di con un dermatólogo que me dijo que tendría que tomar Isotretinoína por el resto de mi vida para controlar el acné, y pues yo feliz. Ya nunca voy a tener acné, lo odiaba. Así que ya yéndonos al futuro, lo tomé por otros casi 3 años consecutivos. 

Lo que ya no soportaba era mi nivel de inflamación y estreñimiento así que una amiga me dijo que tomara Resotrans. Lo tomé por unos meses y me funcionó… hasta que dejó de funcionar. Ahora sé que el Resotrans es prucaloprida, un procinético que PUEDE tener efecto laxante, más no es su función principal.

Fui con otro gastro y me dijo que tomara Lynzess. La verdad una maravilla porque por primera vez en mucho tiempo pude ir al baño CASI todos los días. Y pues la inflamación seguía, pero era normal ¿no? Todos me decían que exageraba, que todo mundo se inflama después de comer, que mi panza estaba mini, etc. Y pues yo ya había aprendido a apretar el abdomen para que no se notara, a usar ropa suelta y a dejar de comer antes de ciertos eventos para verme bien.

Cabe mencionar, que yo nunca he pesado más de 45 - 48 kg (más que en una época cuando competía en Crossfit que alcancé los 52 kg). Pero a lo que voy, es que yo sentía que esa panza no me pertenecía. Y definitivamente, considerando mi peso y complexión pequeña y delgada, no tenía por qué estar dejando de comer para verme bien en un vestido para ir a una boda. Y aún así en una boda me preguntaron cuántos meses tenía de embarazo….¡y eso que no había comido nada en todo el día!

¿Cómo vamos? Les dije que era larga la historia…

  • Casi 4 años de isotretinoína. 
  • Estreñimiento.
  • Inflamación.
  • Dolores de espalda en las noches.
  • Dolores de cabeza todos los días / aspirinas todos los días.
  • Mi vida empezó a girar en torno a mi inflamación, nivel apenas probé la comida en mi propia boda para no verme inflamada en el vestido.

 

Cabe recalcar que en todo este ínter tomé muchos medicamentos prescritos por gastroenterólogos, solo que no me acuerdo cuántos, cuándo, ni cuáles. Solamente sé que ninguno me hizo efecto. ¿Creen que a alguno se le ocurrió decirme que tomara probióticos o algo para apoyar mi flora después de tantos años de antibióticos? Ni siquiera me decían que me tenía que desparasitar, es impresionante, jamás me mandaron a hacer ni un coprológico. De verdad lo pienso ahorita y no lo logro entender. 

También visité traumatólogos y fisioterapeutas que me decían que mi espalda no tenía nada malo (yo más adelante estudiando me di cuenta que era un tema de gases a nivel intestinal, que hacen que el diafragma se eleve y hace que la columna aumente su lordosis). 

Y bueno los nutriólogos que veía solo me decían cuántas calorías comer al día.

Y ¿qué creen? Se une otra amiguita a la lista:

¡Bienvenida fatiga! Plena juventud y a mi ya me costaba muchísimo trabajo levantarme en las mañanas. Lo hacía pero me costaba, pensaba que era normal, ¿a quién le gusta despertarse temprano no? Y además después de comer, bye. Mi cuerpo se llenaba de flojera y ya casi que daba por terminado mi día, solo quería estar acostada viendo series. Muchas veces me exigía porque me daba pena admitir que siendo tan joven me sintiera tan cansada. 

PARTE AGUAS #1 EN MI SANACIÓN

Mi cuñada, a quien adoro, me regaló una Navidad el libro de recetas de Fer Quiroga, llamado el El Arte del Balance. Ella es una nutrióloga funcional excelente y sus recetas de verdad espectaculares. Me gustaron tanto que busqué a Fer en redes sociales y la empecé a seguir en Instagram. Al ver su contenido me cambió la vida completamente. Hacía mucho énfasis en el tema de “no normalizar el sentirnos mal”, que los síntomas son señales de nuestro cuerpo diciéndonos que algo no está bien. Que no es normal no ir al baño todos los días, no es normal tener dolores de cabeza, no es normal estar inflamadas, no es normal sentirse mal y PUNTO. 

También hablaba mucho sobre la importancia de la digestión, de la salud intestinal y del manejo del estrés. Es aquí cuando decidí hacer algo al respecto. Yo, ingenuamente, pensando que ya mi estilo de vida en cuanto ejercicio y alimentación eran perfectos, pues mi inflamación seguro se trataba de algo emocional. Algún tipo de estrés que tuviera yo atorado sin saberlo. Así que empecé a leer mucho sobre el poder de la mente y a hacer terapia de thetahealing. La terapia me ayudó mucho para muchas cosas (como bajarle a mi perfeccionismo, desacelerar, entender que no tengo que esforzarme tanto por complacer a los demás, etc). Pero mis síntomas físicos persistían. 

Y tomando mi salud en mis manos, empecé a estudiar el poder del intestino. Compraba libros y libros sobre medicina y nutrición funcional. Todo por querer encontrar respuestas y soluciones a mi malestar. 

Decidí hacerme una prueba de intolerancias alimenticias y cándida. En el estudio salí intolerante a 22 alimentos:

Leche de vaca, almendra, avena, centeno, macadamia, malta, pistache, gluten, huevo, ganso, pato, jitomate/tomate, arándano, papaya, sandía, canela, chile, almeja, huachinango/pargo, tilapia, azúcar de caña y té negro/verde.

O sea, prácticamente todo. Pero yo que soy súper disciplinada no se me hizo difícil cambiar mi alimentación y quitar esos alimentos. Más adelante entendí que ni siquiera era intolerante a esos alimentos, simplemente mi intestino tenía una permeabilidad marca diablo y por eso TODO me caía mal. No solo esos, sino muchos muchos más. 

Lo que sí me fue MUY útil de la prueba, es que salí con un nivel de candidiasis súper elevado. La cándida es un hongo que todos tenemos en el intestino, pero cuando crece de más puede causar muchos problemas como: estreñimiento, gases, inflamación, fatiga, dolores de cabeza, ansiedad, etc. ¿Les suena? Toda yo. ¿Y cómo se reproduce esta cándida como loca? Una forma es con el uso excesivo de antibióticos (4 años de isotretinoína…), con el uso excesivo de medicamentos y AINEs (aspirinas diarias, laxantes…), entre otras causas como consumir muchos alimentos procesados, azúcar, harinas, estrés, anticonceptivos, etc.

¡Bingo! Ya encontré la causa de mis problemas. Hice un tratamiento antimicrobiano de 3 semanas a base de orégano y les prometo que sentí unos cambios increíbles. Se fueron los dolores de cabeza, se fue el estreñimiento (por un tiempo), se fueron los dolores de cabeza, ¡se fue el cansancio! Yo a partir de eso era una pila llena de energía todo el día. IM-PRE-SIO-NAN-TE.

Pero sin cándida (aunque al poco tiempo vi que no se había ido del todo) y sin alimentos a los que supuestamente era sensible…mi inflamación no cesaba. Así que yo seguía estudiando.

PARTE AGUAS #2 EN MI SANACIÓN

MALDITO COVID

Me contagié y me puse súper mal 10 días. No me pude levantar de la cama en esos 10 días, no pude dormir, no pude comer, bajé como 5kg (que no me podía dar el lujo de bajar). Cuando empecé a ponerme bien, mi esposo se puso mal. Pero mal nivel: estuvo con oxígeno por casi 3 semanas en casa a nada de tener que intubarlo en el hospital. Entonces sumando mi covid con el suyo, fue 1 mes de estrés constante tanto físico como emocional, y de no dormir de verdad nada.

Mi estreñimiento se fue por las nubes, no fui al baño en 25 días por mi cuenta (usaba supositorio 1 día sí, 5 días no y así sucesivamente), y mi inflamación era impresionante con todo y que no estaba comiendo nada. Toqué fondo. 

En cuanto salimos del hoyo me fui directo a una colonoscopía donde me dijeron “que estaba perfecta, que no tenía nada que solo estaba algo inflamada”. ¿Es en serio? ¿Cómo me pueden decir que estoy bien si me siento fatal? ¿Qué no me ven? Yo hubiera sido tan feliz saliendo de ahí con un diagnóstico, fuera el que fuera, pero una respuesta me hubiera hecho tan feliz… Sé que me entiendes. A estas alturas no importa cuál sea el diagnóstico, lo que nos hace más daño es la incertidumbre.

Las secuelas post covid fueron espantosas. Sobretodo mi alteración del sueño. Después de no dormir 1 mes, mi ritmo circadiano estaba todo cuatrapeado y me tomó 3 meses de MUCHA disciplina recuperarlo. Era levantarme temprano, salir a que me diera la luz del sol, hacer contacto con la tierra y los árboles, meditación, yoga, y ya después de todo eso, podía agarrar mi celular. En las tardes también era toda una rutina. Dejaba el celular 2 horas antes de dormir, volvía a meditar, leía, relajaba cuerpo y mente, dejaba cualquier aparato electrónico afuera del cuarto, desconectaba modem de internet, apagaba todas las luces, etc. Todo esto lo hice por 3 meses hasta que por fin pude dormir de nuevo.

Me olvidé de los entrenamientos pesados y me enfoqué en ejercicios mucho más leves como caminar y yoga. Mi cuerpo ya tenía demasiado estrés y no necesitaba más. Tenía que dejarlo recuperarse poco a poco.

Dí con una nutrióloga funcional de CDMX que es SÚPER buena en lo que hace. Incluso tomé una masterclass con ella antes de mi infierno covid. Estuve en consultas con ella por unos meses pero no llegamos a ningún lado tampoco. Creo que, literalmente, mi caso la sobrepasó. Y esto es porque en México aún no estamos tan educados en condiciones como la mía. 

Decidí dejar de lado a cualquier practicante de medicina o nutrición y hacer las cosas a mi manera. En todo caso había encontrado más respuestas por mi cuenta que con la ayuda de los profesionales.

OJO: Definitivamente, y quiero que lo leas muy bien, no le recomiendo a nadie hacer lo que yo hice de ponerme a investigar y experimentar conmigo misma. Yo lo hice porque de verdad me dediqué a estudiarlo todo muy a fondo 24/7. No fue que me metí a google y busqué “cómo curar SIBO” e hice lo que dijera en la página principal. NO. No lo hagan. Siempre guíense de un profesional. Solamente tienen que dar con el profesional adecuado para ustedes y su condición.  

ESTUDIOS

Mientras estudiaba para encontrar respuestas y soluciones, me di cuenta de dos cosas:

1. Estaba enamorada de la medicina y la nutrición funcional. Quería estudiarlo más en forma y dedicarme a esto. Estudié (y sigo estudiando todos los días), leí libros, tomé cursos, me metí a la escuela (Instituto Integrativo de Nutrición de Nueva York), tomé diplomados, etc. Por fin encontré, después de tantos años de estar algo inconforme con mi vida profesional, a lo que me quiero dedicar.

2. Tenía cándida todavía, ya que es dura de eliminar la canija, SIBO (sobrecrecimiento de bacterias en el intestino delgado), LIBO (sobrecrecimiento de bacterias en el intestino grueso), leaky gut (permeabilidad intestinal marca diablo), SII, estreñimiento crónico y algunos temitas hormonales por tanta restricción alimenticia y bajadas de peso. Una disbiosis y un caos interno tremendo. Todo eso lo sospeché mientras estudiaba, y todo lo confirmé haciendo los estudios y análisis pertinentes. Sin contar el tema emocional que era yo creo que muchas veces mayor que el tema físico. Creo que sabes lo que es que tu vida gire en torno a tu malestar. ¿Sabes que en su momento no tuve luna de miel por miedo a comer fuera de casa?

Había una llave escondida de una puerta que había estado esperando abrir durante años; empecé a desbloquearla lentamente. Y cuando se desbloqueó, me di cuenta completamente de lo que vivo y respiro hoy:

Sana tu intestino. Sana tu vida.

 

HOY, 2022, NUEVA DÉCADA

Hoy, todavía estoy libre de síntomas, funcionando al 100%.

Y ahora, aquí estoy, entendiendo completamente y conectando todos los puntos de mi vida, todos ellos, desde las cosas que pasaron en mi infancia hasta los años de la adolescencia, la universidad, la edad adulta…todo. Entendiendo la importancia de las decisiones que tomamos día a día. La importancia de estar informadas, de no normalizar el sentirnos mal, de no ignorar los llamados de nuestro cuerpo.

Hoy estoy comprometida contigo a través de Marce Wellness, y puedo hacerlo porque estoy libre de casi todas las cosas que me atormentaron durante 15 años.

Ya no sigo (porque no necesito seguir) ninguna dieta o regla específica. Alejarme de todo eso ha sido muy liberador. Todavía evito gluten, azúcar y lácteos, pero tampoco me cierro a una pizza ocasional. No me identifico con Paleo, GAPS, Low-FODMAP, un protocolo AIP o cualquier otra cosa (aunque te ayudo a navegar esos estilos de vida diariamente). Alimento mi cuerpo (y mi familia) con comida real.

Ha sido un viaje muy largo, y sé que estaré en él por mucho tiempo.

Ahora es mi PASIÓN difundir cada pedacito de conocimiento que tengo y he vivido a mujeres (y personas) porque si puedo eliminar la miseria de la vida de alguien en una fracción del tiempo que me tomó finalmente conseguirlo a mi, entonces este viaje ciertamente ha valido la pena.

Quédate conmigo aquí en Marce Wellness. Estoy a punto de mostrarte cómo tú también puedes.

Sana tu intestino. Sana tu vida.

 

No te contaré de cómo ni qué hice para sanar, y esto es porque no quiero que creas que lo que yo hice te va a funcionar a ti también. Soy la reina de la bio individualidad. Cada persona es completamente diferente en todos los sentidos, y el protocolo de sanación para cada persona (aunque trate de la misma condición) será completamente diferente también. 

Solamente te dejo por aquí algunos elementos de mi vida que no supe bien cómo acomodar en la historia. 

  • Coprológicos
  • Coproparasitoscópicos
  • Análisis de sangre varios
  • Estudios de tiroides
  • Perfil hormonal
  • Test de intolerancias alimenticias
  • Colonoscopía
  • Endoscopía
  • Biopsias
  • Test de aliento
  • GI Map 
  • Pérdida de la regla
  • Recuperación de la regla
  • Pérdida de peso
  • Pérdida de apetito
  • Ansiedad por comer hasta sentirme mal
  • Estreñimiento
  • Diarrea
  • Mareos
  • Náuseas
  • Hemorroides
  • Dieta Keto
  • Dieta Paleo
  • Dieta Bi Fásica
  • Dieta FODMAP
  • Combinación de todas las dietas
  • Ninguna dieta
  • Ejercicio leve
  • Nada de ejercicio
  • Yoga
  • Caminatas
  • HIIT
  • Muchas lágrimas
  • Mucha frustración
  • Rondas de rifaximina
  • Antibióticos convencionales
  • Antibióticos naturales
  • Suplementos
  • Adaptógenos 
  • Acupuntura
  • Homeopatía
  • Hipnosis
  • Mucha fibra
  • Nada de fibra
  • Mucha proteína
  • Nada de proteína
  • Temazcal
  • Sauna
  • Vikram yoga
  • Meditación
  • Masajes
  • Terapia
  • Grounding
  • Ejercicios de respiración
  • Enemas caseros
  • Disinergia pélvica
  • Terapia de suelo pélvico
  • Me curé
  • Recaí
  • Volver a empezar
  • Buscar otro enfoque 
  • ¡Etc!

No es un camino fácil, es mucho de prueba y error, pero es algo que definitivamente tienes que hacer. Pero créeme cuando te lo digo: si yo pude sanar, tú también lo harás.

¡Estoy contigo! Gracias por leer mi historia.

Marce.